Disculpen que utilice la famosa frase de Fray Luis de León y de Unamuno, no soy digna de que su letras acaricien mi teclado, pero no he podido resistir la tentación, en estas semanas me he sentido como una exiliada del ciberespacio.
Tienen que saber que no hubo intervención policial, ni hackeo, ni nada parecido. Fuí yo quien dió de baja el blog, después algún espabilado lo registró y puso, primero que se había hackeado y después que la Interpol estaba interviniendo. En ambos casos el Espabilado me estaba haciendo un favor pues ayudaba a corregir las desviaciones que habían forzado mi decisión de clausurarlo, a saber, que la gente estaba utilizándolo simplemente para insultar en vez de CONSTRUIR (no me gusta escribir en mayúsculas pero quiero que el mensaje cuaje) y que no nos dábamos cuenta de que se pueden cometer delitos. Tengan cuidado con lo que dicen y cómo lo dicen, aunque la kale borroka intente meter miedo con las leyes, no se puede ni se debe decir cualquier cosa.
Un juez puede ordenar que se investiguen los orígenes de los mensajes, y si lo quieren saber lo sabrán. Ahora bien, para que esto se dé y que una empresa americana como era blog.com - por eso la elejí - acceda a proporcionar la información necesaria para saber quién ha escrito un mensaje, tendría que tratarse de un asunto de Seguridad Nacional, como dicen en las películas. Por ejemplo, cómo fabricar una bomba atómica y cómo ponérsela en el Retrete de la Sala Oval al señor Bush. En resumen, opinen, comenten rumores, no digan nombres, no acusen de lo que no puedan probar, pero sobre todo CONSTRUYAN, propongan soluciones a los problemas.
Cambiando de tema y para aplicarme mis consejos, quiero proponer soluciones. En mi último comentario titulado C.E.L.O., proponía la creación de una agrupación de ciudadanos para ejercer de oposición seria, trabajando por los intereses de peñaranda y de los peñarandinos sin tener en cuenta quién está en el gobierno de la comunidad o del estado. Pues bien, el otro día vi en la televisión de Salamanca cómo se presentaba la candidatura de un grupo político llamado Ciudadanos de Salamanca (ver web) que nace de una iniciativa de un grupo de intelectuales de Cataluña cansados de que se use la política y, pero aún, a los ciudadanos como arma arrojadiza. Pueden acceder a su web pinchando aquí.
Parece que en todas partes cuecen habas y que hay quienes ya han allanado un camino que se me antoja escarpado. Este es un enlace al Manisfiesto Naranja adaptado por la formación en Salamanca en el que, de alguna manera, se presentan.
El siguiente paso creo que debería ser proponer a personas que pudiesen formar parte de esa candidatura. Posteriormente habría que convencerles de que participen, y eso creo que se puede conseguir con una avalancha de entradas en los diferentes blogs que el Caso Iván ha provocado (Revolución Letiniana) apoyándoles y dándoles ánimo.
Les animo por tanto a que se estrujen el cerebro pensando en personas, olvídense de derechas o izquierdas, en Peñaranda necesitamos personas preparadas, trabajadoras, con tiempo para dedicarlo a los demás, gente que piense que lo que pasa en nuestro pueblo se puede rectificar, ciudadanos que opinen que lo pasa no debe continuar, personas que crean que no se debe utilizar los recursos públicos para un beneficio que no sea el común, trabajadores que tengan la sensación permanente de que deben favores a la administración que les emplea, gente que esté dispuesta a amputar ese miembro insano que emerge de la Fundación y que manipula y acapara gran parte de la vida económica, social y cultural de nuestro pueblo, en definitiva personas con ganas de liberarse de los poderes establecidos en Peñaranda y de luchar para que sus hijos y vecinos puedan sentirse orgullosos de vivir en una ciudad pequeña, pero que gestiona sus recursos de la mejor manera posible.
Dentro de unos día me comprometo a informar sobre los nombres que se me han ocurrido a mí. Por favor, hagan sus sugerencias.
Gracias por prestarme atención, tengo la completa convicción de que podemos
conseguir grandes cosas si todos ponemos algo de nuestra parte.